miércoles, 31 de agosto de 2011

ENSAYO “Todo placer es bueno, pero no todo placer nos corresponde”.






“Todo placer es bueno, pero no todo placer nos corresponde”.


Podemos encontrar en las páginas de la historia de la ética unas posiciones que exaltan el placer juntamente con otras que lo rechazan como valor moral.

Pero en sí el placer forma parte de la vida de los seres humanos, está en el diario vivir, hasta se podría decir que se busca el placer. Esa sensación o sentimiento agradable o eufórico, que en su forma natural se manifiesta cuando se satisface plenamente alguna necesidad del organismo.

En la vida hay ciertos placeres que nos gustan, que toman cada día mayor parte en la vida humana, placer estético, el que emana del disfrute de la belleza; placer de razonar, o el placer intelectual, que nace al ampliar nuestro conocimiento; el placer lúdico que surge en el gusto por el juego; el placer emotivo, o emocional, ese que deriva de compartir el amor el afecto y la sexualidad etc. que requieren mucho menos de las condiciones exteriores, y son mucho más accesibles a todos que los placeres netamente materiales.

Las morales del interés aceptan el principio fundamental de que el hombre busca la felicidad a través del placer. El hombre pretende ser feliz, pues la felicidad es el fin de la actividad humana, y la felicidad reside en el placer.

Entonces, si se entiende por felicidad el placer, y la ausencia de dolor, y si todos buscamos la felicidad, ¿Por qué no todo placer nos corresponde?
Robar, matar, y dañar a los demás podría provocar placeres intensos a ciertas personas, pero no todos esos placeres nos corresponden. Si esos placeres no están de acuerdo con nuestros principios, aunque sigan siendo placeres no nos atañerían, dado que se debe respetar la felicidad de los demás.





Lic. Tania Zambrano Mg.